jueves, 13 de diciembre de 2012

Mi primera entrada es de mayo... merezco azotes y algo más, como diría la buena de Hurtadillas en una de sus monsergas, pero se hace cuesta arriba cuando busco tiempo para dedicarlo a escribir y poner aquí, al acceso general de esa masa invisible por todos conocida, llamada Internet. Suena futurista y no lo es, solo es una palabra que indica un cambio en los tiempos, una forma de comunicarse diferente, a la cual he accedido tardíamente.
Ruego mis azotes sean dirigidos por ogros y minotauros, ellos no dudaran ni un instante en cumplir la sentencia. Sus corazones endurecidos no tendrán piedad con este indisciplinado sirviente y le enseñaran lo que es el dolor (aquí la reina gimiente Sibilafaz estaría en su salsa). 

No sintáis lástima por mi persona, la espalda rasgada por los latigazos no me dolerán como deberían, pues mi reverso arqueado absorberá el daño. Aunque el castigo sea severo y mis fluidos corporales empaparan el suelo por puro terror, no temáis, pues mis tratos con la gente de Tamtasia me han curtido lo suficiente como para soportar cualquier cosa.

Por cierto, me llamo Igor y sirvo a un tal Tronkonstein (ese al que le gusta coger trozos orgánicos y juntarlos cual vulgar mecano), pero os serviré bien, confiad en mi. Aunque os sugiero ocultéis a vuestras mozas en lugar seguro, mi instinto es muy fuerte y a veces, no me puedo controlar...

Ya se acercan con sus fustas preparadas, es hora de dejaros. Pero antes un breve relato...


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